TARDE DE SÁBADO (SÉPTIMA)

Me escabullo entre los restos humeantes de un camión, agachado y con el arma a punto. Voy solo, Rober se ha adelantado para despejarme el camino, es el único compañero que me queda vivo, los otros están hechos cachitos por un certero bazookazo del cabrón de Dani.

Oigo disparos en el almacén, por donde vi entrar a mi colega. Me llama, se ha cargado al tío del bazooka, pero ni rastro de los otros tres, que nos estarán buscando por otra parte, ignorantes de que hemos usado el paso secreto por los tejados. Estamos en el objetivo, los nervios me matan, coloco la dinamita y activo el temporizador mientras mi teniente vigila la entrada. Me doy toda la prisa que puedo, la adrenalina corre a chorros por mis venas, los preparativos tardan una eternidad y ya podemos oír al otro equipo, los tenemos encima.

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La capilla (relato)

No sólo Dios habita en las plegarias del creyente (JLBelloq, Círculo del Ludófago)

17667998-desaturated-image-of-a-young-novice-nun-praying-a-rosary La capilla

por JLBelloq

La estancia, fría y vacía, se iluminó fugazmente por la rendija de la puerta. La religiosa se coló por ella, miró la figura de la Virgen a su derecha, se persignó, musitó unas palabras y luego cerró y la penumbra volvió a oscurecer la capilla. Unas pocas velas, al fondo, sobre el altar, le permitían caminar con cierta seguridad por el pasillo, entre los bancos de madera. En aquella suerte de catacumba, el mero roce de sus alpargatas sobre el suelo de baldosas sólo era igualado en sonoridad por la agitación de las telas de su propia ropa.

La mujer avanzó con languidez hasta el primer banco, donde dejó su Biblia y se arrodilló sobre el reclinatorio. Su mirada apuntaba arriba, al Cristo de madera clavado al crucifijo, con los ojos cerrados, las lágrimas detenidas por el escultor en mitad de las mejillas, y una expresión ya familiar de sufrimiento interminable. La luz de los cirios, a sus pies, resaltaba los contornos y creaba sombras duras en contrapicado, dotándolo de un aire extraño, como de aparición.

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Espada y brujería, by Joaquín Carlos Román Vega (ilustración)

Se abre la sección de ilustración con tres trabajos de Joaquín Carlos Román Vega, alias “Churraska” para sus sufridos colegas de noches de tiros en Return to Castle Wolfenstein.

Ambientación a lo “Conan” para desentumecerse, que sabemos que llevaba demasiado tiempo en dique seco, y seguro que ya está preparando cosas más grandes y espectaculares, con grandes paisajes, ciudades a lo lejos, escenas de guerra con decenas de personajes, caballos, espadas, dragones, sangre, humo, acción…

Cómo se nota que no las hago yo…

Cuentos del gato disecado (III)

por Pluma de Escarcha

El gato disecado

El gato disecado

Roe que te roe, roe que te roe…  

Una figura arrinconada mal formada, susurraba y se inclinaba mientras escudriñaba en una rendija en la pared.

De su espalda asomaba, entre harapos roídos por él mismo, una joroba de lo más escalofriante, de la que supuraba algo amarillento. Tenía los nudillos de las manos encallados, tanto que no era capaz de estirar los dedos totalmente: llevaba demasiado tiempo usando los puños para caminar. Caminar como una rata…

Krack, que se puso el nombre a sí mismo, seguía escudriñando a la que, con un nerviosismo cada vez más inquietante, movía las huesudas manos alrededor del agujero, intentando hacerlo más grande

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Bases de nuestro Primer Concurso Temático de Microrrelatos

Abrimos la veda para la caza de historias cortas o microrrelatos, en nuestro Primer Concurso Temático de Microrrelatos del Círculo del Ludófago.

Un globo de cómic, un rayo, una torre y dos máscaras, una triste y otra sonriente

Un globo de cómic, un rayo, una torre y dos máscaras, una triste y otra sonriente

Como buen concurso, tiene sus bases, en este caso pocas y sencillas, tal como éstas:

  1. El tema para los microrrelatos ha sido escogido por puro azar, en una ceremonia celebrada bajo fuertes medidas de seguridad, usando los Dados de Poder. El resultado, que se puede apreciar en la foto superior, incluye cuatro elementos y/o ideas que deben no sólo aparecer explícitamente en la historia, sino ser parte esencial de ella. Sin esta condición, el escrito no podrá ser considerado válido para el concurso. Para que esté más claro, los ítems que aparecen en la foto son: un globo de conversación de cómic, un rayo, una torre y dos máscaras, una triste y otra sonriente.
  2. Se trata de microrrelatos, así que estarán limitados a mil palabras como máximo, sin incluir título y nombre del autor.
  3. Como no habrá más premio que la satisfacción de ser reconocido como ganador y aplaudido virtualmente por los visitantes de circuloludofago.com, no será obligatorio ocultar la identidad bajo pseudónimo, al menos esta vez.
  4. Las obras se enviarán en formato digital, claro, preferiblemente documento de Word, a la dirección ludofago@circuloludofago.com.
  5. El plazo lo abrimos ya y se cerrará el día 30 de abril, momento en que se publicarán los relatos presentados en www.circuloludofago.com, junto con el formulario de voto.
  6. Se pueden presentar cuantos microrrelatos se quiera.
  7. Las votaciones las realizarán los lectores que lo deseen, desde la página de Facebook del Círculo del Ludófago, a partir del 1 de mayo y hasta la fecha que se establezca en ese momento, que dependerá del número de relatos presentados.
  8. La redacción de www.circuloludofago.com se reserva el derecho de no admitir un relato por no ajustarse al tema, por su contenido inadecuado o por exceso de faltas de ortografía o gramaticales.

Pues nada, valor y al toro. Cobardica el último.

Círculo del Ludófago

TARDE DE SÁBADO (SEXTA)

dados-de-rolTres semanas sin quedar, sin partidas, sin charlas, sin nada. Los exámenes mandan y primero hay que cumplir, que luego no se diga.

El viernes recibo, como todos los demás, un whatsapp de Jordi: no ha podido preparar nada, como era de esperar, y nos propone que rescatemos nuestras barajas de Magic. ¡Vaya! Ya casi lo tenía olvidado, tendré que rebuscar un poco, ya ni me acuerdo de dónde las guardé la última vez.

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Cuentos del gato disecado (II)

por Sutter Cane

El gato disecado

El gato disecado

Fue como el flash de una fotografía que te hacen mientras estás dormido, como una bomba nuclear que explota mientras tú estás con los ojos cerrados en brazos de Morfeo, y de repente te despiertas con todo en plena calma, pero con esa sensación de que ha ocurrido algo de una contundencia cegadora.  Era como si hubiera explotado una bomba en el techo de la casa, sin haber provocado daños.

Raymond se incorporó de un salto temiéndose cualquier catástrofe y se asomó a la ventana. Todo estaba en plena calma. Era una noche tranquila y cálida de verano. Fuera los insectos nocturnos marcaban su ritmo, y la brisa mecía los campos en la tenue oscuridad. Acto seguido, subió al desván, en lo alto de la casa. Nada. Todo estaba en calma. seguir leyendo

Nostalgia de los Khazad (relato, parte quinta de cinco)

Nostalgia de los Khazad (final)

por Antonio Carlos Ruíz Borreguero

Parte quinta y última 

Treinta y cinco años después el número de habitantes de Erebor había crecido considerablemente. Miles de enanos moraban ya allí y los trabajos eran intensos. Muchos de los llegados venían de las montañas del oeste, de Ered Luin, y otros provenían del este, de las Colinas de Hierro. Los rumores sobre Moria se habían ido extendiendo con el paso del tiempo y habían llegado incluso a los lugares más apartados. La nostalgia cubría el corazón de los enanos y con esa idea llegaban muchos de ellos a Erebor, creían que tarde o temprano se acabaría organizando una expedición hacia el antiguo hogar. seguir leyendo

Nostalgia de los Khazad (relato, parte cuarta de cinco)

Nostalgia de los Khazad (continuación)

por Antonio Carlos Ruíz Borreguero

Parte cuarta

Gandalf había partido hacia el sur y Balin no deseaba atravesar el Bosque Negro, le traía malos recuerdos, por lo que decidió encaminarse hacia el norte. Los enanos avanzaron fácilmente por entre los árboles cercanos al bosque, refugiándose en sus sombras y sin temor a ningún peligro. Mientras no se internaran en él o mientras no fueran a cielo abierto no tenían nada por lo que preocuparse. Así pues su viaje fue relajado y tranquilo. Fueron hacia el norte y tras varios días viraron hacia el este, dejando al norte Ered Mithrin, las Montañas Grises. seguir leyendo

Nostalgia de los Khazad (relato, parte tercera de cinco)

Nostalgia de los Khazad (continuación)

por Antonio Carlos Ruíz Borreguero

Parte tercera

El invierno pasó lentamente entre las rutinas diarias del asentamiento; como extraer materiales, clasificarlo, almacenarlo, trabajar en la fragua, darle forma, preparar la mercancía para comerciar, hacer inventario de suministros que se necesitaban; y con mucho frío pues ese invierno fue más intenso de lo normal y las nevadas fueron numerosas y muy copiosas; incluso tuvieron que despejar la entrada del refugio en más de una ocasión para evitar quedarse atrapados dentro. No se volvió a hablar del tema entre ellos en todo ese tiempo, y mientras Balin le dio muchas vueltas en su cabeza a todo el asunto. Quería abordarlo de forma adecuada, quería tomar la decisión correcta llegado el momento, y tarde o temprano ese momento llegaría.

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