El perro de Baskerville (Reino Unido, 1959) – reseña

LA FILO (Filmoteca de Olivenza), 07/11/2019


Cartel en inglés de la película

Ya en los albores del cine, las historias de terror siempre fueron bien recibidas por parte del público. Ello ha permitido que los cineastas las hayan revisionado una y otra vez, a medida que el séptimo arte incorporaba alguna innovación técnica o evolucionaba hacia nuevos estilos visuales y/o narrativos. En los años treinta, por ejemplo, con la llegada del sonoro, la Universal y su fundador Carl Laemme a la cabeza, se propuso mostrarnos nuevas versiones de mitos que ya habían triunfado ante el respetable en anteriores propuestas. Durante las décadas de los cincuenta y sesenta, en la apoteosis del color (ahora por fin vemos la sangre,  y es muy roja), sería la Hammer, la que, lejos de las escarpadas colinas de Hollywood, tomaría el relevo, y realizaría sus propias lecturas de las inmortales obras de autores como Mary Shelley, Bram Stoker o Sir Arthur Conan Doyle.

Con “El perro de Baskerville” (Terence Fisher, Reino Unido, 1959)  la Hammer se aventuró en la adaptación de una de las novelas clásicas del más famoso detective de la literatura universal, el inefable Sherlock Holmes, y es probablemente la que, por su argumento, entronca de manera más directa con el género que nos ocupa. Para acometer este desafío, vuelve a contar nuevamente con tres figuras claves en el éxito del estudio como son el prolífico director Terence Fisher y los actores Peter Cushing y Christopher Lee. A ellos tres corresponden los mayores logros de la conocida productora. Juntos renovaron las viejas historias del terror clásico para ofrecernos algo diferente, para ir un poco más allá: más sangre, más misterio, más sensualidad. Todo acorde con la era de cambios que les estaba tocando vivir y la demanda del público de entonces.

“El perro de Baskerville” cuenta la historia de una maldición que persigue a una acaudalada familia a lo largo de los años, concretamente desde que Hugo de Baskerville, un malvado y cruel antepasado, allá por el siglo XVIII, asesinara a una campesina mientras se divertía con sus secuaces. Es cuando uno de sus descendientes muere en extrañas circunstancias, víctima  aparentemente  de  la  mencionada  maldición,  cuando  Sherlock  Holmes  y  su asistente, el siempre solícito John H. Watson, toman las riendas del caso a petición de un médico de confianza de la familia, y averiguar así qué se esconde tras el folclore y la fantasía que acecha a toda una estirpe. El resultado, como es de esperar, es un filme de género que contiene todos los ingredientes para gustar y entretener al espectador. Una de esas películas que apetece compartir en agradable compañía, con la llegada del frío, poca luz  y  posterior  debate  para subrayar lo más destacado. La película presenta algunos cambios sin importancia con respecto a la novela, sin traicionar por tanto el espíritu de la misma, con la finalidad de intensificar la acción y los momentos de intriga.

Desde el comienzo, tras los títulos de crédito, el propio Hugo de Baskerville (maravillosamente interpretado por David Oxley) se encarga personalmente de desplegar toda su crueldad en una espectacular presentación del personaje. Sobra decir que Cushing, salvo por la estatura, es el Holmes que Conan Doyle describe en la novela. Christopher Lee encarna a Henry Baskerville en un papel muy diferente a los que dió vida durante su carrera pero con el toque aristocrático necesario del personaje. El resto de secundarios conforman una peculiar compañía a las estrellas del filme robandoles incluso el protagonismo, como en el caso de Miles Malleson que interpreta al reverendo Frankland.

David Oxley como el terrible Hugo de Baskerville

Sin destapar ninguna de las sorpresas que el guión nos tiene reservadas si que es de recibo comentar que el ritmo narrativo también no deja de aportar tensión y emoción al conjunto, haciendo de la suma una espectacular propuesta que atrapa al espectador desde el primer minuto, a medida que la trama se va desarrollando. Existen multitud de adaptaciones a cine y televisión de este inolvidable relato para comparar, incluido un capítulo en el aplaudido y remozado Sherlock de Gatiis y Moffat producido por la BBC, pero sin duda estamos ante una de las más interesantes.

Joaquín Carballo Rodríguez