OBSERVAR
Naiema
SENTIRSE OBSERVADA
Sentirse observada; con un terror que paraliza pero que no puedes explicar porque solamente lo sufres tú. La sensación de que mientras duermes alguien acecha en la oscuridad, pendiente de tu respiración, del latido de tu corazón… Caminar por la calle sospechando que alguien desde la sombra sigue tus pasos, que se mueve si tú caminas, que se para cuando te detienes…
Percibir que nunca estás sola. Tener la certeza de que si te giras en un momento determinado podrás ver a ese ser, monstruoso o no, que te observa, que te hace sentir miedo pero a la misma vez curiosidad; que, cuando notas su presencia cerca, tu piel se eriza. Esa mezcla de pánico por lo que no se conoce y al mismo tiempo fascinación por lo oscuro.
Llevo meses viviendo con esa pavorosa presencia a mi lado, y me obsesiona que mi vida pueda estar en peligro.
Hoy, al pasar por una calle oscura, me he cruzado con un hombre de aspecto extraño. Ha ralentizado mucho el paso para mantener la mirada puesta en mí el máximo tiempo posible, o al menos así lo he sentido. En un momento determinado, nuestros ojos se han encontrado, los suyos negros como el azabache, los míos verdes como la esmeralda, dos piedras preciosas que compiten en belleza y en dureza. He sentido que me miraba con apetito, pero no con apetito sexual, que puede ser el más común, sino con uno distinto, como si quisiera comerme literalmente. En ese momento no he tenido la menor duda, estoy siendo asediada por un vampiro, un ser que solo desea beber mi sangre, que solo desea alimentarse de mí…
OBSERVARTE
Observarte, con un anhelo que no me deja pensar en nada más. No lo puedo describir porque ni yo mismo lo entiendo. No puedo dejar de vigilarte mientras duermes, me gusta percibir el correr de tu sangre por las venas, su olor, su calor… Seguirte por la calle, oculto entre las sombras: caminar si tú caminas, dejar de hacerlo si tú te detienes…
Ser incapaz de dejarte sola. Sé que si te giras en cualquier momento, no podré ocultarme lo suficientemente rápido, y me verás. Verás a un ser tan hermoso como monstruoso. Un ser que te mira, que te provoca temor, pero que debido a su naturaleza también despierta en ti curiosidad ante lo desconocido. No puedes evitar sentirte atraída por lo tenebroso.
Llevo meses asediándote, estoy obsesionado con el deseo que despiertas en mí y sé que esto va a ser tu fin.
Hoy he forzado un encuentro en una calle oscura, nos hemos cruzado y me has observado con extrañeza. He ralentizado mucho el paso, cuando lo que deseaba era abalanzarme sobre ti… Cuando he fijado los ojos en ti, has sostenido mi mirada. Dos miradas extremadamente distintas: la tuya, cálida; la mía, fría; dos armas tan poderosas como diferentes. He mostrado mi apetito, el que me provoca el ansia por beber tu sangre. Quería que fueras consciente de lo que despiertas en mí. Al instante, he recibido la respuesta que esperaba, tu reconocimiento: ahora, ya sabes que un vampiro desea tu sangre por encima de todo, que quiere alimentarse de ti aunque eso implique que pierdas la vida…
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