El bufón del reino (microrrelato)

I CONCURSO TEMÁTICO DE MICRORRELATOS DEL CÍRCULO DEL LUDÓFAGO

El bufón del rey

por Astro Riser

Eustasio Garcés -hijo de García, el aguador- era un niño muy risueño y feliz. Siempre reía ante cualquier situación, y lo hacía con una risa tan contagiosa y escandalosa que siempre provocaba carcajadas a su alrededor.

Sus múltiples deformidades jamás impidieron que ese niño mudo no demasiado agraciado de cinco años de edad con hidrocefalia y joroba incipiente, pudiese jugar con normalidad con el resto de los infantes en su villa natal y además, ser el centro de atención por sus gracias y su buen carácter.

Eustasio era alegría de una mermada villa que se ubicaba en las faldas de un monte coronado por un castillo. Antaño esta preciosa villa albergaría a más de 1.200 habitantes que habían visto reducir drásticamente su población a causa de la peste negra, quedando apenas sesenta supervivientes.

Él era la única luz en la oscuridad de una población completamente devastada, hundida en las más terribles de las miserias personales y económicas.

Villa Arango ya fue antes de la peste una localidad oprimida por un rey caprichoso y  tremendamente ambicioso que sometía a su población, los condenaba a pagar cantidades ingentes de doblas en forma de impuestos para satisfacer todas sus ansias de poder.

Hoy no quedaba apenas nada de ese rey. Santiago era un rey terriblemente humillado, deprimido y atormentado ante la ruina económica de su población y por ende, la suya. Solía pasar los días borracho, vestido con sucios harapos que algún día fueron sus mejores galas, encerrado en su majestuosa torre del homenaje, con sus escasos sirvientes obligados a escuchar día tras día la misma cantinela… recuerdos de días pasados en los que la riqueza abundaba por todos sus dominios y él era dueño de todas las poblaciones que alcanzaba con su vista, ahora prácticamente abandonadas a causa de la epidemia.

  • Yo tenía el dinero y el poder para que tomaran vidas en mi nombre… Yo era dueño del mejor ejército, de las mejores armaduras, de los mejores caballos de pura sangre… Yo era…vuestro Dios…” -decía el rey con una voz tranquila llena de resentimiento.
  • “Sí, señor, todavía lo es” -respondía el encargado de servir el vino, con la voz temblorosa y temeroso ante cualquier reacción violenta .
  • “¡Todos sois basura!” -gritaba señalando a los únicos cuatro sirvientes que le quedaban.
  • “¡Sólo sois ratas miserables que sobrevivieron por suerte a la decadencia de mi reino! ¡No servís para nada!” -seguía vociferando con un estado de embriaguez más que notable.
  • “Gusanos… no estáis a la altura…no merecéis… vivir…” -espetó entre dientes, mientras se quedaba dormido en su decrépito trono, dejando caer al suelo su copa metálica repleta de vino.

Los dos sirvientes que se ocupaban de su aseo personal se acercaron con precaución a su rey, y comprobaron, no sin miedo, que estuviese totalmente dormido.

Completamente acobardados por el rey, los sirvientes cada vez temían más por su vida. Se alejaron del durmiente rey, y empezaron a debatir sobre qué iban a hacer para intentar salvar sus vidas ante cualquier ataque eufórico de su rey que acabase en tragedia.

  • “Creo que puedo tener la solución para apaciguar al rey” -dijo Fernando, uno de los sirvientes.
  • “En el pueblo, hay un niño grotesco aunque simpático al que podríamos reclutar de bufón para dejar de ser el objetivo de los ataques del rey, y que lo fuera a partir de ese momento ese pobre niño desgraciado”
  • “Mañana se lo haré saber al rey entre copa y copa, así pensará que la idea ha sido suya” -concluyó sin esperar aprobación de sus compañeros temblorosos.

 Dos días más tarde, García paseaba con su hijo por la villa. La sola presencia de Eustasio irradiaba optimismo. Él tenía el don de convertir el día más gris en vivos colores, y darle calidez al día más frío únicamente con su sonrisa cándida e inocente, siempre con su padre de la mano.

Repentinamente, se toparon con los dos últimos guardas que le quedaban al rey y éstos detuvieron el paso del padre con su niño.

-“Por orden del rey, tomamos a su hijo para servir como bufón del reino” -dijo uno de ellos.

“Eso no puede ser…” -dijo García muy afectado- “No tienen ningún derecho… jamás consentiré que mi hijo sea el bufón de nadie” -concluyó.

Eustasio miraba a su padre y sonreía sin saber muy bien qué estaba ocurriendo, hasta que repentinamente pudo ver cómo una daga atravesaba el corazón de su padre y éste caía fulminado, como un fardo.

Eustasio de repente sintió dentro de él una profunda confusión, una tristeza y odio tan profundo, algo tan oscuro, que no lo había sentido jamás. Algo nació y murió en ese momento y para siempre en ese niño. Pero extrañamente, no dejó de sonreír. Eustasio alzó su mano ensangrentada y se la ofreció a sus captores, y ellos, no sin cierto estupor, lo llevaron ante el rey.

Y así reclutó el rey a su bufón y fue objeto de mofa, ira, vejaciones y humillaciones. Sus sirvientes lo habían conseguido. Sobrevivirían al rey. Pero Eutasio jamás dejó de sonreír durante los siguientes largos diez años.

Un buen día, en plena actuación de Eustasio, el destino quiso que un rayo impactase sobre la torre del homenaje en la que estaban, desprendiendo así toneladas de piedras y sepultando al rey y a sus sirvientes entre miles de rocas.

El bufón también quedó enterrado malherido, pero pudo zafarse de su prisión de piedras y salir de los escombros con dificultad.

Una vez fuera, pudo ver al rey semienterrado pidiendo socorro. Eutasio se aproximó, le miró a los ojos y continuó sonriendo. El rey que lo mantenía prisionero murió ante sus ojos inmutables.

Allí estaba, sepultado. Eustasio sólo había vivido y reprimido su ira y tristeza por y para el día en el que pudiera vengarse.

Lo único que le daba sentido a su vida yacía muerto, y por primera vez, lloró de manera tan angustiosa, potente y desconsolada, que el castillo terminó colapsando entre alaridos inhumanos.♣

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Uruk Valandil
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Uruk Valandil

Pobre niño… feo deformado y encima bufon… no te daba penica? xD

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Bellatrix
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Bellatrix

Me da que pensar,…como se te ocurren estos personajes? o_Ó
Este no me gustó tanto un 4 😛

Bellatrix
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Bellatrix

un 1, y dejo la motosierra

Mr. X
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Mr. X

Este relato ha sido víctima de los recortes de palabras para adecuarse al concurso.
Al final ha quedado tan esquilmado, que no se ha podido desarrollar ni la historia, ni lo que quería transmitir con ella.
La próxima será mejor.

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