UNA ALIMAÑA PARTICULAR
Miss Madness
Fuera llueve y hay tormenta, los relámpagos pueden reflejarse en el espejo y aumentar así la intensidad del miedo y el suspense.
Para Miss Madness, aislarse en aquel espacio de apenas diez metros cuadrados se había convertido en su forma de vida, rodeada de sus experimentos, sus medicamentos, químicos, sus sueños, sus miedos y su dolor.
Lo había convertido en un “Laboratorio Onímico”, como ella le llamaba.
Era una fusión entre Sueños y Químicos, una fusión de la que le es tremendamente difícil escapar, por no querer hacerlo, por no poder, por no intentarlo… O quizás era MIEDO, así en mayúsculas, porque tener miedo a algo que ya conoces es aún peor; ella conocía bastante bien ese miedo y le era casi imposible escapar de él.
Y bueno, siendo sinceros, no puedes escapar del miedo, pero sí puedes resguardarte evadiendo esas condiciones en tu “crónica diaria” que te conducen al “MIEDO que ya conoces….”
Su secreto mejor guardado era su compañía, la compañera que llevaba a su lado muchísimos años, muchos más de los que le gustaría.
En un momento de su particular vida, la soledad resultó ser irritantemente abrumadora; entonces decidió que era hora de hablar con quien tanto tiempo había estado a su lado, ese ser que ella misma creó en su pequeño Laboratorio, esa Alimaña.
Ese ser experimental que ella misma había creado, había nacido de lo más profundo de su ser, pero como en toda ecuación hecha por un estudiante de letras, algo bastante importante había fallado.
Y en la penumbra de su dormitorio….
– ¡Has vuelto a presentarte! Has vuelto para encadenar mi alma con fuerza. Cierro los ojos esperando con ansia a que cuando los abra hayas desparecido. Pero ahí estás… mirando con ojos de orgullo y prepotencia sabiendo que cada esfuerzo que hago para huir es en vano; puedo oír tu risa ante mis intentos fallidos (JAJAJA), otros casi funcionan y eso te asusta.
¿Has vuelto para involucrarme de nuevo en tus sucios juegos? ¿Qué desafío me propones? – preguntó temerosa.
La Alimaña contestó:
– Te desafío a despertar con el alma oxidada por el resto de tus días y a cambio te haré inmortal, tal y como soy yo.
– ¡Ya lo hago! Cada mañana la oigo chirriar y aún así para ti no es suficiente. –Dijo con un tono desesperanzador y angustiante. – No hay antídoto que acabe contigo, nada te aplaca, tan solo te aleja de mí durante días, tal vez semanas… ¡Pero eso no es suficiente!
– Viviremos juntas entonces – respondió la Alimaña con una sonrisa enmascarando crueldad.
El miedo era cada vez mayor, se apoderaba de ella y la corroía cual alimaña a sus victimas.
– Nada puede vencerte y viviremos juntas pero recuerda que no seré una víctima fácil, pues todavía me queda algo para seguir luchando contra ti, un ejército de sentimientos repletos de experiencias que tú me has proporcionado, y que éstas a la vez me han enseñado que, mientras quede un soplo de vida en esta simple marioneta a la que manejas según tu antojo, seguiré poniéndote difícil tu triunfo que es MI CUERPO, y eso, eso es muchísimo más poderoso que tus ganas de acabar conmigo.
Antes de nada para aceptar tu desafío voy a exigirte algo, déjame ver tu rostro.
Desenmascaró a la Alimaña y se quedó petrificada, pues lo único que había detrás de esa horrible máscara era su propio reflejo.
Jugar a ser Dios había sido uno de sus entretenimientos más temerarios y eso la había llevado a crear un ser indestructible, un ser que nada se parecía al prototipo principal en el que tanto tiempo estuvo trabajando y planeando, un ser que viviría atemorizando el resto de sus días.
Toda ésta locura, ese intento lamentable, penoso y fallido por crear un alma libre de odio, dolor e ira, la llevó a cuestionarse.
¿Quizás mi Alma está cansada de estar encerrada en este cuerpo?
¿Quizás debería dejarla salir?
¿Quizás se ha cansado de aguantar, no puede, no quiere, teme…?
¿Quizás estoy evitando el final fácil de la vida, ese que solo Dios como ser supremo nos da y nos quita?
¿Quizás soy más cobarde de lo que creo ser?
¿Quizás el miedo fluya tranquilo y vagando por la memoria?
¿Quizás es el vacío el que hace que tirite en las noches?
¿Quizás los engranajes se han cansado de seguir chirriando?
¿Quizás la esperanza acabó dándose por perdida?
¿Quizás he pasado demasiado tiempo intentando desentrañar los oscuros secretos del alma del ser?
¿Quizás podría crear otro ser, que éste a su vez acabe con mi primera creación?
¡¡¡Quizás, quizás, quizás y mil veces quizás!!! – gritó con impotencia.
Durante un instante, recapacitó. El hombre puede manejar muchas cosas a su capricho, relaciones sociales, intereses, desarrollo científico, capitalismo, pobreza, guerras, curas y venenos… pero nunca podrá crear un Alma a su antojo.
Obtuvo Resignación como respuesta.
Así Miss Madness comprendió, pues, el horror que había creado y que debería aceptar, comprendió el desafío y decidió llevar encima su carga, que no era otra que la locura que ella misma se había regalado, quedándola totalmente vacía, permitiendo que en su persona se formaran dos seres, siendo la misión de uno torturar al otro y dejando que su conciencia furiosa diera caza a su alma.
Leave a Reply