EL REGISTRO CIVIL DE INGOLSTADT ES ÚTIL
JLBelloq
– Buenas, vengo a inscribir a mi hijo.
– Buenas. ¿Cómo que su hijo? Yo le conozco, es usted ese Frankenstein, y es usted soltero.
– Oiga, yo no vivo aquí, solo estoy por trabajo. ¿Quién le dice que no tengo una esposa en mi casa de Ginebra?
– Mi hija: estas jóvenes casaderas están al tanto de todo, en lo que a hombres se refiere. Hace meses que suspira por usted, y sueña con pescarlo; siempre me dice que lo intenta, pero que usted no se entera de nada y que no le hace caso. Que es usted idiota. Lo dice ella, no yo. seguir leyendo