1er. relato concursante del X Concurso de Microrrelatos (2025)

AMOR ETERNO
Loli Navarro


Cuentan los ancianos que, en las noches sin luna, las campanas del templo suenan solas, con un tañido lento y doliente, como si llorasen por las almas que no hallaron reposo.

Yo subí una de esas noches, impelido por un presentimiento más fuerte que el miedo: entre los ecos creí distinguir su voz… La de Elena, la que amé más allá de la vida.

El aire estaba inmóvil, como si el mundo contuviera el aliento. Las piedras exhalaban frío y sombra. En el muro norte descubrí una grieta profunda y luminosa que latía como un corazón sepulto bajo la roca. De su fondo emergía un resplandor extraño, ni de sol ni de luna, sino de algo más antiguo que ambos.

—Ven —murmuró ella, o quizás fue mi alma que lo imaginó—, aquí no hay muerte.

Tendí la mano y un soplo helado me envolvió. Sentí que mi carne se disolvía y que el tiempo me abandonaba. Vi sus ojos, infinitos como el abismo que nos tragaba, y comprendí que el amor también puede ser eterno, aunque no humano.

Desde aquella noche el campanario calla, mas dicen que, cuando el viento suspira entre las ruinas, dos voces se responden en la oscuridad.

 

Bookmark : permalink.

Leave a Reply

avatar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

  Subscribe  
Notificación de