Desde 2015, el Círculo del Ludófago organiza la Noche de Difuntos en el último día de octubre. Y, como todos los años, escogemos un autor literario del género de terror, o muy próximo, a cuya memoria se la dedicamos, y que nos sirve de inspiración.
En el 2015 fue Edgar Allan Poe, el padre del terror clásico; en el 2016, Bram Stoker, autor de “Drácula”, posiblemente la novela más influyente del género. Este año, el elegido ha sido H.P. Lovecraft, autor norteamericano que publicó a lo largo de los años 20 y 30.Después de sus primeros relatos de terror clásico, creó, junto con un conjunto de escritores conocido como el “Círculo de Lovecraft”, un nuevo género: el horror cósmico. Entre sus obras más famosas están “El extraño”, “La llamada de Cthulhu”, “Dagon”, “La sombra sobre Innsmouth”, “El horror de Dunwich”, “El que susurra en la oscuridad” o “Las montañas de la locura”.
El mundo de Lovecraft se llenó de personajes e historias propias y de su círculo literario hasta tal punto que su influencia ha sido profunda, desde entonces y hasta ahora, en literatura, cómic y cine.
Ilustradores como Bernie Wrightson, Alberto Breccia, Richard Corben, Druillet y muchos otros se embarcaron en la difícil tarea de convertir en imágenes sus descripciones de pesadilla.
Artistas como H.R. Giger se contagiaron con sus visiones antes de producir las suyas propias.
“Alien, el octavo pasajero”, de Ridley Scott, o “La cosa”, de John Carpenter, encabezan la lista de grandes películas que encierran en su interior la esencia del que para muchos es el mejor escritor de su género en la historia de la literatura.
Con referencias de este calibre, una lectura de algunos de sus relatos más emblemáticos es tarea obligada para todo el que se interese por la fantasía, el terror, la ciencia ficción o cualquiera de esas manifestaciones artísticas tan apropiadas para mentes que huyen de la rutina y de la monótona realidad.
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