Este sábado nos hemos ido de excursión. Hemos cogido el autobús y nos hemos plantado al otro lado de la ciudad, en unas jornadas de juegos de mesa y frikadas varias de una asociación de barrio llamada TripleCinco.
Allí coincidimos con un montón de pirados -¿nosotros también lo pareceremos?- que no paran de jugar: unos, a todo lo que se les pone a tiro; otros, toda la tarde con lo mismo, ya sea X-Wing, Magic, FórmulaD, Carcassonne o a lo que sea que tengan vicio. El caso es echar un rato de ludofagia sana, como está mandado.
Entre las mesas de las partidas y las de los cómics y juegos a la venta, unos tíos se han traído ¡un gato disecado!, que dicen que es la mascota de su asociación, dedicada a todo lo que parece interesante bajo el sol. Nos hacemos la obligada foto de recuerdo con el gato, pillamos unas tarjetas y prometemos visitar su blog bajo la amenaza de que el bicho se nos aparezca en nuestras pesadillas. seguir leyendo