TARDE DE SÁBADO (OCTAVA)

dados-de-rolHace tres semanas que tenemos aparcado el rol, y es más de lo que Jordi necesita para liarnos otra vez. Nos convoca por whatsapp, pero nos advierte de que nos vayamos olvidando de nuestros personajes habituales, pues vamos a estrenar su nueva adquisición: el Rastro de Cthulhu.

Acudimos todos con la expectación de la novedad. Nuestro máster, que está en todo, nos ha obligado a leer algo de H.P. Lovecraft antes de la cita: son los deberes de esta semana. En realidad, la tarea iba por Rober, Dani y Fonsi, que aún no se habían estrenado, y a los que les ha tocado estremecerse con las sombras entre los edificios de Innsmouth  e iniciarse en la siniestra historia de R’lyeh. Una vez que todos hemos pasado el rito de iniciación en el universo del horror cósmico, somos oficialmente admitidos en el grupo de investigadores para la partida del sábado.

Nos pasamos media tarde sólo para diseñar los personajes. Nada que ver con nuestros guerreros, magos, elfos o hobbits de Dungeons&Dragons, mucho más simples. Ahora tenemos a un bibliotecario experto en lenguas antiguas, un anticuario aficionado a las reliquias religiosas, un ex-gangster especialmente hábil con la pistola, una doctora en medicina maestra en esgrima y hasta un vagabundo amigo de lo ajeno y con don de gentes.

Jordi nos mete de lleno, como sólo él sabe, en el Londres de 1930. Nos vemos sumergidos en la época de entreguerras, vistiendo traje y sombrero, hablando con policías, médicos, profesores de Universidad, estraperlistas, criadas y enfermeras. Conocemos al director del manicomio, a los empleados del zoológico, a un hombre tan rico como extravagante, muerto al poco, y a su criado indio, muerto casi al final. Entre medias, nos topamos con innumerables miembros de una sospechosa secta secreta, policías desorientados, libros de títulos inquietantes y contenido críptico, puertas secretas, mensajes en clave, ingredientes para una poción alucinógena y, no podía ser de otra forma, cadáveres, muchos cadáveres, personas muertas en circunstancias poco normales.

Nos movemos en ese mundo como si fuera el nuestro: somos unos expertos en las sabias manos de nuestro máster, que rellena los huecos de la historia con su maestría habitual. Dos horas después del comienzo, hemos descubierto la secta misteriosa y el brebaje que mató al millonario y somos los únicos en toda la ciudad conscientes de lo que se avecina. Nos hemos defendido con éxito de los acólitos, empeñados en abrir la puerta de este universo a los horrores cósmicos engendrados por la mente de Lovecraft. Hemos desentrañado el misterio y sabemos dónde ocurrirá y quién perpetrará tamaña atrocidad. Acudimos todos a una, como unos valientes, como héroes, para impedir el advenimiento del monstruo innombrable, pero llegamos tarde, el bicho ya está acomodado en una ciénaga infecta fuera de la vista del mundo. Lo enfrentamos y morimos sin remedio, succionados, aplastados o descabezados. Nadie sobrevive, ni siquiera los sectarios que han invocado al engendro, que queda vivo y listo para traer más como él e invadir Londres y, luego, la Tierra entera.

No sé qué pasa últimamente, pero siempre acabamos muertos, creo que somos demasiado temerarios. El coraje nos mata, pero ¿y qué? Ya tenemos el mundo real para preocuparnos por la salud y andar con precauciones, el rol es para vivir aventuras y hacer el loco cuanto haga falta.

Después de semejante sesión cuesta desconectar. Hablamos de lecturas, como ya es costumbre. Rober ha estado ocupado con las películas de “El Señor de los Anillos”, y charlamos un rato sobre las excelencias de la adaptación. Ahora que está al día, lo pico para que se atreva con el “Silmarillion”, y acepta el desafío.

Dani sigue con el interminable One Piece, camino ya del Nuevo Mundo, a razón de seis o siete episodios cada día. Le va a costar la salud, pero cómo se lo está pasando…

Jordi y Mati andan todavía con los “Diarios de las Estrellas”. Me niego a comentar nada con ellos hasta que lo hayan terminado; de momento no parecen entenderlo, pero ya lo harán cuando llegue el momento.

Fonsi va como una bala. Se ha liquidado “El Señor de los Anillos” en tiempo récord y, siguiendo mi lista de consejos de lectura, se ha pillado “El juego de Ender”. Viendo lo visto, el sábado próximo ya sabrá cómo acaba el enfrentamiento entre el genio estratégico de Ender y la descomunal ventaja numérica de los insectores.

¿Y yo? Yo sigo entusiasmado con Lovecraft, descubriento relato tras relato la inquietud de imaginar la existencia de seres tan fuera de nuestra escala que pueden hacernos desaparecer con la misma facilidad con que ignoran nuestra existencia. Y el recuerdo de la partida de hoy me hace correr camino de casa, impaciente por encerrarme en mi habitación a leer hasta que el sueño me venza o la cordura me abandone, lo que pase primero.

J.L. Belloq

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Uruk
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Uruk

Ains ya me lei este nuevo episodio y solo me queda esperar al siguiente… con ansia!!! Y x cierto muy bueno pues justamente venimos de jugar la semana pasada a Cthulu y casi describias la tarde de hace una semana en tu casa jejeje. Saludetes.

Drizza
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Drizza

Tendré que poner a Lovecraft en mi lista para leer.

Mr. X
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Mr. X

¿Cómo un tío que su apellido se podría traducir como “fabricación artesana de amor” puede ser tan oscuro y tétrico escribiendo?
Ammm, ya… acabo de caer, las siglas de su nombre son H.P.